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"Como muchas otras personas de mi generación, estoy influido por la interpretación marxista de la historia, aunque incluso la lectura más superficial de este texto revelará que no se han aplicado ninguno de los métodos establecidos de análisis marxista. Por otro lado, mi afinidad con la teoría crítica de la escuela de Frankfurt ha teñido sin duda mi visión de todo este
periodo y me ha hecho perfectamente consciente del lado oscuro de la Ilustración, la cual, en nombre de una razón poco razonable, ha llevado al hombre a una situación en la que empieza a estar tan alejado de su propia producción como del mundo natural.
El desarrollo de la arquitectura moderna después de la Ilustración parece haberse dividido entre el utopismo de la vanguardia, formula - do por vez primera a comienzos del siglo xix en la fisiocrática ciudad ideal de Ledoux, y esa actitud nticlásica, antirracional y antiutilitaria de la reforma cristiana promulgada por primera vez en el libro Contrasts, de Pugin, en 1836. Desde entonces, en su esfuerzo por trascender la división del trabajo y la dura realidad de la producción industrial y del proceso de urbanización, la cultura burguesa ha oscilado entre dos extremos: por un lado, las utopías totalmente planeadas e industrializadas; y por otro, la negación de la propia realidad histórica de la producción maquinista."
"La ciudad finita, tal como. se había hecho realidad en Europa a lo largo de los quinientos años anteriores, quedó totalmente transformada en el transcurso de un siglo debido a la interacción de cierto número de fuerzas técnicas y socio-económicas sin precedentes, muchas de las cuales surgieron en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVIII. [...]"
"Ninguna descripción del desarrollo reciente de la arquitectura puede dejar de mencionar el papel ambivalente que ha desempeñado la profesión desde mediados de los años sesenta; ambivalente no sólo en el sentido de que aunque manifestaba actuar en defensa del interés público algunas veces ha contribuido a favorecer sin sentido crítico el ámbito de la tecnología optimizada, sino también en el sentido de que muchos de sus miembros más inteligentes han abandonado el ejercicio profesional tradicional, bien para recurrir a la acción social directa o bien para recrearse en la arquitectura como una forma del arte . En lo relativo a este último aspecto, no puede evitarse considerarlo como el retorno de una creatividad reprimida, como la implosión de la utopía sobre sí misma. [...] Entre tanto - como ha sugerido Manfredo Tafuri -, el objetivo de esa vanguardia en los años sesenta era validar-se a sí misma a través de los medios de comunicación o, como alternativa, purgar sus culpas ejecutando el rito del exorcismo creativo en soledad. En qué medida podía esto último servir como táctica subversiva («inyectar ruido en el sistema», como decía Archigram), o como una elaborada metáfora con implicaciones críticas, es algo que dependía por supuesto de la complejidad de las ideas aportadas y de la intención subyacente en toda la operación."
FRAMPTON, Kenneth. Historia crítica de la arquitectura moderna. 3. ed. Barcelona: Gustavo Gili, 1993, grifo do autor.
"El libro Historia crítica de la arquitectura moderna supuso una total reinterpretación de la arquitectura del movimiento moderno en la cual, sin dar entrada a las heterodoxias - como las de [Erik Gunnar] Asplund o [Heinrich] Tessenow - consigue interpretar la arquitectura moderna como una evolución que tiene distintas raíces en la ilustración y en el siglo XIX - encontramos aquí una herencia de Peter Collins -, y como una historia que no puede ser entendida de manera unitaria tal como pretendió la ficción de la historiografía moderna - [Nikolaus] Pevsner, [Sigfried] Giedion, etc. - sino que debe desmontarse como una historia necesariamente fragmentaria y contradictoria en la línea de Michel Foucault.
El libro manifiesta, sin embargo, una flagrante contradicción: por su formato sencillo y por su planteamiento parece un libro de iniciación para estudiantes de arquitectura, pero al leerlo en detalle, por el abuso de términos altamente especializados que el autor nunca define y por sus contenidos que no se dirigen a un público amplio sino que forman parte de un debate de alta cultura con la elite de sus colegas arquitectos y críticos, se descubre que su contenido es de una gran complejidad, difícil para un lector no iniciado."
MONTANER, Josep Maria. Arquitectura y crítica. 3. ed. Barcelona: Gustavo Gili, 2002, grifo do autor.