1928
Suíça
EventoIdiomas disponíveis
Português
Colaborador
Igor Queiroz
Declaração de La Sarraz - Congrès Internationaux d’Architecture Moderne - CIAM – 1928
Los arquitectos que abajo firman, representantes de los grupos nacionales de arquitectos modernos, afirman su unidad de opiinión sobre los conceptos fundamentales de la arquitectura y sobre sus obrigaciones professionales.
Insisten particularmente sobre el hecho de que “construir” es una actividad elementaldel hombre, ‘intimamente ligada a la evolución de la vida. El destino de la arquitectura es expresar el espíritu de una época.
Afirman hoy la necesidad de un nuevo concepto de la arquitectura, que satisfaga las exigencias materiales, sentimentales y espirituales de la vida presente. Conscientes de las profundas perturbaciones causadas por el maquinismo, reconocen que la transformación de la estructura social y del orden económico entraña fatalmente una correspondiente transformación del fenómeno arquitectónico.
Se han reunido con la intención de buscar la armonización de los elementos presentes en el mundo moderno y de volver a colocar a la arquitectura sobre su plano verdadero, que es de orden económico y sociológico y por completo al servicio de la persona humana. Es así como la arquitectura escapará a la empresa esterelizante de las Academias.
Fuertes por esta convicción, declaran asociarse para realizar sus aspiraciones.
Economía General
El equipamiento de un país reclama la íntima relación de la arquitectura con la economía general.
La nación de “rendimiento”, introducida como axioma de la vida moderna, no implica en manera alguna el provecho comercial máximo, sino una producción suficiente para satisfacer plenamente las necesidades humanas.
El verdadero rendimiento será el fruto de una racionalización y de una normalización flexiblemente aplicada a los planos de arquitectura así como a los métodos industriales de ejecución.
Es urgente que la arquitectura, en vez de apelar casi exclusivamente a un artesanato anémico, se sirva igualmente de los inmensos recursos que le ofrece la técnica industrial, aún cuando tal decisión debiera conducirla a realizaciones asaz diferentes de las que han hecho la gloria de ‘epocas pasadas.
Urbanismo
El urbanismo es la disposición de los lugares y los locales diversos que deben resguardar el desarrollo de la vida material, sentimental y espiritual en todas sus manifestaciones, individuales o colectivas.
Abarca tanto las aglomeraciones urbanas como los agrupamientos rurales.
El urbanismo no podría ya ser sometido exclusivamente a las reglas de un esteticismo gratuito. Por su esencia, es de oden funcional.
Las tres funciones fudamentales cuyo cumplimiento debe vigiar el urbanismo son:
1⁰ habitar
2⁰ trabajar
3⁰ recrearse
Sus objetos son:
a) la ocupación del suelo
b) la organización de la circulación
c) la legislación
Las tres funciones fundamentales arriba indicadas no están favorecidas por el estado actual de las aglomeraciones. Las relaciones entre los diversos lugares que les están destinados deben ser recalculadas en forma que determine una justa proporción de volúmes construídos y espacios libres. El problema de la circulación y el de la densidad deben ser reconsiderados.
El parcelamiento desordenado del suelo, fruto de los repartos, las ventas y la especulación, debe ser reemplazado por una economía de la tierra de reagrupamiento.
Este reagrupamiento, base de todo urbanismo capaz de responder a las necesidades presentes, asegurará a los propietarios y a la comunidad la repartición equitativa de las plus-valías resultantes de los trabajos de interés público.
La Arquitectura y la Opinión
Es indispensable que los arquitectos ejerzan una influencia sobre la opinión pública y le hagan conocer los medios y los recursos de la arquitectura nueva. La enseñanza académica ha pervertido el gusto del público y por lo común los problemas auténticos de la habitación ni siquiera se plantean.
La opinión est’a mal informada, y los usuarios no saben formular sus deseos en materia de vivienda sino muy mal, por lo general. Así es como la vivienda ha quedado desde hace tiempo fuera de las preocupaciones mayores del arquitecto.
Un puñado de verdades fundamentales, enseñadas en la escuela primaria, podría construir el fundamento de una educación doméstica. Esta enseñanza tendría como efecto el de formar generaciones que poseyeran un sano concepto de la vivienda. Estas generaciones, clientela futura del arquitecto, estarían en condiciones de imponerle la solución del problema, demasiado tiempo descuidado, de la habitación.
La Arquitectura y el Estado
Los arquitectos, con la firme voluntad de trabajar en el verdadero interés de la sociedad moderna, estiman que las Academias, conservadoras del pasado, al descuidar el problema de la vivienda en beneficio de una arquitectura puramente suntuaria, traban el progreso social.
Por su dominio sobre la enseñanza, vician la vocación del arquitecto desde su origen, y, por la casi exclusividad que tienen de los encargues del Estado, se oponen a la penetración del nuevo espíritu, único que podría vivificar y renovar el arte de construir.
La Sarraz, 28 de junio de 1928
Fonte(s):
CIRPAC (Grupo CIAM - Francia). La carta de Atenas: el urbanismo de los CIAM (La charte d’Athènes). Traducci’on Delfina G’alvez de Williams. Buenos Aires: Contempora, 1950.
<- Voltar